Diez mil toneladas de ruedas que no ardieron en el fuego se han retirado a lo largo de seis meses
Esta semana finaliza la retirada de los neumáticos que no ardieron en el incendio del vertedero ilegal de ruedas de Seseña (Toledo). Un fuego iniciado a mediados del mes de mayo que no fue extinguido hasta un mes después. De las 90.000 toneladas que acumulaba, 80.000 fueron pasto de las llamas pero 10.000 no llegaron a arder. Desde que en el mes de junio el fuego se dio por extinguido, esas 10.000 toneladas han ido siendo retiradas por especialistas de la empresa pública Tragsa mediante un lento proceso.
Y es que ha habido que limpiar cada una de las ruedas antes de introducirlas en camiones que después las han transportado hasta gestores de residuos peligrosos situados en Chiloeches (Guadalajara) y Campo de Criptana (Ciudad Real). Además, se han retirado 1.300 toneladas de alambres que forman parte de la estructura de todo neumático.
Gasoil de calefacción
El destino final de esas 10.000 toneladas de ruedas será su conversión en gasoil para calefacción. “Es la salida más plausible para estos residuos”, explica el director general de Medio Ambiente de la Junta de Castilla-La Mancha, Agapito Portillo, que enmarca este tipo de reciclaje en la llamada “Compra Pública de Tecnología Innovadora, en la que empresas privadas colaboran con las administraciones públicas con la cofinanciación de los fondos europeos FEDER, porque la Unión Europea apoya este tipo de innovaciones tecnológicas”.
En cuanto a las cenizas que aún permanecen en el que fue el mayor vertedero ilegal de neumáticos de Europa, ahora se iniciará su proceso de retirada mediante camiones que las depositarán en gestores de residuos de Valdilecha (Madrid) y Novés (Toledo). “La tardanza de estos trabajos dependerá del clima porque si llueve será más complicado”, indica Agapito Portillo, que espera que las cenizas hayan desaparecido en febrero de 2017.
Después se analizará el nivel de contaminación del suelo y, una vez descontaminado, se abrirán dos vías: pedir responsabilidades a la última empresa que gestionó el vertedero sin apenas control y decidir qué uso se dará al suelo. El Ayuntamiento de Seseña expresó en su día su deseo de convertirlo en un parque.