Los estudiantes madrileños no ganan para sobresaltos. Si alumnos de toda España regresan este lunes a las aulas tras haber secundado (o no) la primera huelga de deberes convocada por las asociaciones de padres, los niños y jóvenes de la región se han encontrado con una noticia que les afecta directamente.
El consejero de Educación de la Comunidad, Rafael van Grieken, desveló el domingo que la voluntad del área que dirige es trasladar los exámenes de recuperación que se hacen en septiembre a junio, y efectuar el cambio sin perder tiempo, concretamente para el próximo curso 2017/18.
Eso sí, Educación no implementaría la medida motu proprio, sino que espera alcanzar un consenso "razonable" con los miembros del Consejo Escolar de la región, y recalca que en caso de aplicarse el próximo sería un "curso de tránsito" para tener ese calendario normalizado en el curso 2018/19.
A juicio de Van Grieken, "sería importante" poder aplicar ese traslado de los exámenes de recuperación el curso que viene pero a "modo de tránsito", puesto que al desarrollarse en este curso actual los exámenes extraordinarios en septiembre, el año que viene el curso debe arrancar necesariamente sobre el 12 o 13 de septiembre, pero no podrá hacerlo antes.
Además, Van Grieken señaló que el Gobierno regional ha abierto un debate y busca un consenso "razonable" para aplicar un "cambio significativo" en el calendario escolar que ofrece "múltiples beneficios".
Uno de los beneficios que, según el Gobierno regional, tendrán los estudiantes consiste en que se mejorará la incorporación a la universidad de los alumnos de 2.º de Bachillerato que tienen que realizar exámenes de recuperación en septiembre y luego enfrentarse a la prueba de acceso a la universidad, una situación que les impedía llegar a la universidad hasta octubre.
Además, consideran que la medida tiene también un efecto positivo sobre Secundaria pues ahora, con los exámenes de septiembre, se deben reorganizar los grupos nuevos y la incorporación de los profesores "sobre la marcha", y eso lleva a arrancar las clases el 12 o 13 de septiembre. Adelantando los exámenes extraordinarios a junio, se podrá empezar el curso el 4 o 5 de septiembre, lo cual permite ganar días lectivos y "planificar mucho mejor" el inicio de los cursos.
A su vez, la medida se amolda mejor al concepto de "evaluación continua", pues un alumno que haya tenido un mal día en un examen puede recuperarlo a los 15 días. Según Van Grieken, las estadísticas muestran que a partir de dos asignaturas los porcentajes de recuperación en septiembre son "absolutamente nimios" y esta medida acabaría con la necesidad de estudiar en verano.
