Varios policías han declarado este miércoles en la segunda sesión del
juicio de 'los 8 de Airbus' que el día de la huelga general del 29 de
septiembre de 2010 los piquetes impidieron la entrada a personas que querían
trabajar, agredieron a uno de ellos y una mujer embarazada no pudo acceder a la
empresa tras arrojarle un petardo bajo su vehículo, mientras se subían en el
capó y le decían que se marchara, "a ver si con el susto iba a perder el
niño".
Según el relato de los antidisturbios, cuatro o cinco personas
se acercaron al vehículo de la embarazada, con comentarios machistas, como que
"tenía que estar en casa, no trabajando", o "vete a casa a
fregar, a ver si vas a perder el niño", con lo que se la impidió entrar y
se marchó porque no quería líos.
Los agentes también han contado como le daban puñetazos en la
cara con extrema violencia a una persona con un maletín que pretendía entrar a
la empresa y han relatado cómo les lanzaron conos y otros objetos,
provocándoles diversas lesiones.
Asimismo, han indicado que la actitud policial fue siempre
defensiva y han reconocido a alguno de los acusados como instigadores o
agresores, mientras que los abogados defensores han puesto de manifiesto cómo
los policías han declarado hoy cosas que no dijeron en su día ante el juez
instructor.
El responsable del operativo policial ha declarado que el
piquete les dijo el día de la huelga que no iba a entrar ningún trabajador y
que intentaron introducir a alguno pero no pudieron porque tendrían que haberlo
hecho por la fuerza y eran 11 policías frente a 200 personas.
En este sentido, ha indicado que uno de los acusados, José
Alcázar, afirmó que ese día "no iban a meter a ningún trabajador y que
sería por la fuerza", por lo que hicieron varios intentos pero
desistieron, aunque un empleado con un maletín se metió entre un piquete para
entrar en la fábrica y le dieron patadas y puñetazos, momento en el que
decidieron intervenir.
Además, ha relatado que sacaron al trabajador y retrocedieron,
pero se cerró la cancela de la empresa, que atracaron con una valla, y dos
policías quedaron atrapados y fueron golpeados, así que un compañero sacó la
pistola y disparó al aire, permitiendo que pudieran acudir en su ayuda.
"¡MÁTALO, MÁTALO!"
Según el responsable del operativo policial, no pidió ninguna
identificación porque hubiera dado lugar a un altercado y ha añadido que en
todo momento intentó evitar un incidente. "El tema de las identificaciones
en estos casos es un problema muy gordo, así que siempre intentamos no
identificar a nadie", ha apostillado.
También ha declarado que después de los disparos al aire pensó
que "con el Gobierno que había" se podía dar por
"finiquitado".
Uno de los dos policías que quedaron atrapados en el tumulto
ha contado cómo a su compañero le dieron un rodillazo en el estómago y se quedó
sin aire, por lo que no pudieron salir hasta que se produjeron los disparos.
"Me querían linchar y era tal el ansia de ese linchamiento que lo único
que sentía era presión y decían ¡Mátalo, mátalo!".
El juicio continuará este jueves con las declaraciones de los
testigos y el próximo viernes quedará visto para sentencia.
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