Alerta, empresa que ganó el concurso para gestionar las ambulancias de la Comunidad de Madrid ha renunciado al contrato del servicio al no entrega el plan de viabilidad que había solicitado la Consejería.

CCOO, USO , FS-TES y CSIF convocaron una concentración, el 2 de febrero, en la sede de la Consejería de Sanidad, que fue secundada por más de un centenar de trabajadoras y trabajadores, para exigir unos pliegos dignos para las personas usuarias y pacientes; así como, para los trabajadores y trabajadoras del sector de transporte sanitario.
CCOO recuerda que en la concentración del martes, el viceconsejero de Sanidad explicó a las trabajadoras y a los trabajadores, que Alerta perdía sus derechos porque no había presentado el informe de viabilidad. Su oferta, de 72 millones (10 menos de la cantidad a la que salía la licitación), no cubría siquiera los salarios actuales de las 442 personas trabajadoras que mueven las 96 ambulancias del servicio de las urgencias hospitalarias, y que la Comunidad de Madrid (CM) va a proponer a la empresa que quedó en segundo lugar en el concurso (SAFE-Ferroser, del Grupo Ferrovial) un plan de viabilidad del servicio.
Ferroser, que además es la actual adjudicataria, propuso cobrar 77 millones de euros a la Comunidad por gestionar las ambulancias otros cuatro años más. Es decir, ofertó cinco millones de euros más que la propuesta de Alerta SA. El concurso salió con una licitación de partida de 82 millones.
Para CCOO tanto la oferta de Ferroser como la de Alerta son insuficientes para mantener el servicio, solo la nómina del personal del transporte sanitario de urgencias supera actualmente los 76 millones de euros. Asimismo señala que, además de los salarios, habría que pagar el mantenimiento de los vehículos, su equipamiento, material fungible y carburante para “millones de kilómetros”.
Se da la circunstancia que se pide un informe de viabilidad a la misma empresa que actualmente presta el servicio. Ferroser es la gestora desde 2010, cuando la CM le adjudicó por cuatro años y 74 millones el concurso. La asistencia contratada terminó en 2014 y, desde entonces, se ha prorrogado, ya que se trata de un servicio de atención primaria y no puede quedar desatendido.
Para la responsable del área de transportes sanitarios del Sector de Carretera de CCOO Madrid, Alejandra Sobrino, no se va a aceptar ningún pliego por debajo de los 82 millones, precio inicial de licitación del concurso. Esa cantidad es como un termómetro y todo lo que esté por debajo es pasar frío.
La sindicalista asevera que la plantilla quiere “unos pliegos dignos, con una capacidad de acción suficiente para gestionar el servicio de urgencia con garantías”; igualmente asegura que no solo no lo garantiza la oferta de Alerta SA, sino ninguna de las cinco presentadas a este concurso, publicado el 7 de octubre en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (Bocam), solo una empresa, de las cinco que se presentaron al concurso, Santa Sofía, con una oferta de 82,8 millones de euros, superó el importe de licitación.
Asimismo manifiesta que el servicio sanitario consta de 96 vehículos dispares, número que requiere la Consejería a cualquier empresa que desee presentarse al concurso. Servicios como el SAMUR o el Summa no están incluidos y tienen otros gestores.
De ese total, 27 vehículos deberán estar operativos las 24 horas los 365 días del año. Se trata de coches asistenciales, en los que van dos personas técnicas de emergencias cualificadas y personal médico. Son furgonetas altas en las que queda suficiente espacio en la parte de atrás para atender al paciente si fuese necesario.
Otras 43 ambulancias, convencionales no asistenciales, llevan una sola persona técnica, que hace de conductor o conductora. El espacio en la parte trasera del vehículo es insuficiente para atender a las o los pacientes. Lo mismo que en las otras 26 ambulancias que llevan dos personas, pero que no dejan de ser convencionales. Una conduce y otra acompaña al paciente en la parte de atrás.
Para la representante de CCOO, esos coches solo pueden hacer labores de vigilancia; es un servicio de cortesía, además de quejarse de que el servicio, tal y como está diseñado ahora, no es efectivo, en muchas ocasiones, lo único que hacen es de taxi.