Para dar forma a su propuesta para el otoño/invierno 2016/2017, David ha ‘delfinizado’ el escudo de España, ha utilizado flecos, ha abusado de cremalleras y, como no podía ser de otra manera, ha enfatizado las referencias a David Bowie y su canción ‘Hero’ porque él, según ha explicado, se siente “un héroe” por poder seguir haciendo lo que le gusta. Lo más destacado son los Levi´s 501 customizados uno a uno por el propio diseñador y una línea diferenciada con delfines bordados que hoy mismo ha sacado a la venta en su tienda online, con precios que oscilan entre los 50 euros de las camisetas a los 150 de los vestidos. Un punto a su favor.
Bowie también ha sido parte importante del viaje psicodélico de Agatha Ruiz de la Prada por los 70, una época que fascina a la diseñadora. La firma muestra la evolución de las universitarias setenteras con camisetas en felpa y logos clásicos de animadoras a jóvenes hippies -con punto, tricot, lanas flecos y mucho poncho- o pijas -vestidas con pantalones plisados, rayas y cuadros-. Ambas comparten protagonismo con la atracción por lo sobrenatural, representada con ovnis en un claro homenaje al artista Keith Haring, y guiños al ‘look’ safari. Las rayas toman volumen y se convierten en cintas que arropan terciopelos estampados y acolchados en la fase adulta. La noche se pone interesante con siluetas menina, kimonos y grandes solapas con lentejuelas estampadas en mate y muselina de seda con encaje de polipiel de espejos.
Los desfiles de la tarde han dado comienzo con Juanjo Oliva. El modista ha superado la fase de Elogy y puede regodearse en una colección de fiesta exclusiva para El Corte Inglés, con la peletería como principal novedad, mientras que en verano se atreverá con una colección cápsula de novia. En esta ocasión se trata de una propuesta cosmopolita y sofisticada que mezcla print ruso con telas aztecas, tejidos japoneses y colores chinos. Las siluetas de los años 40 y 70 juegan con diferentes volúmenes para dibujar a una mujer europea con un toque oriental, con el fajín y los flecos como protagonistas de vestidos de invierno y pantalones con cintura alta. Juanjo se ha soltado y ha encantado.
Y a pocos les gusta tanto una fiesta como a Hannibal Laguna. El modista se ha inspirado en los detalles de la madrileña milla de oro para confeccionar una colección de noche en negro y las distintas tonalidades de oro. Desde las aldabas de un pórtico de la calle Ortega y Gasset, el suelo hidráulico del barrio o unas rejas de Lagasca. Diferentes estructuras para diferentes tipos de mujer. A diferencia de lo que es habitual, Laguna solo ha sacado a la pasarela un palabra de honor, el resto de escotes, a excepción de uno barco en una peculiar versión de chaqueta de smoking, son cerrados. Lo que no cambia son sus tejidos: lurex, seda, jacquard.
También en su línea ha estado Duyos. La firma sigue fiel a los valores de siempre, representada en la artesanía de las prendas. Delicados brocados, muselinas con lentejuelas, pedrería y plumeti dan vida a una línea que se recrea en las historia del vino, que narra a través de dos cuentos: ‘Caperucita roja’ para la parte bañada en rojo y ‘El lobo y la luna’ para la rosa, que eleva los volúmenes gracias al lurex. Para la noche, Juan ha escogido encajes con organzas, pedrerías con seda y trabajados lazos en contraste con la pata de gallo y el paño con toque de los 70 para el día.